Otras hipótesis afirman una fecha posterior de fundación, durante el siglo XII, pues la obra del Convento está sujeto a las reglas y convenciones del arte Románico de este siglo. Si bien debido a la aparición de restos visigodos en sus cercanías (la tumba del Moro, pequeña necrópolis dentro por diez tumbas), probablemente logre tener un origen visigodo. El ingreso al Convento es a través de la calle de subida al convento, tomando una pista asfaltada, nada más pasar el cementerio del ayuntamiento.
Y antes de cañear, tapear y comer como unos señores, nos aproximamos a visitar el Convento-Monasterio de San Antonio. Había ido hace más de diez años con unos amigos. Pero solamente albergaba recuerdos de él. Necrópolis visigoda de La Cabrera La erosión del macizo granítico dió origen al increíble cordal popular como sierra de la Cabrera, caracterizado por un punzante perfil… Magnífica recopilación y excepcional web, con la que comparto muchas de las iniciativas recogidas, en especial las medievales.
Según ciertos historiadores lo situan hacia el año 1088 por los benedictinos bajo la advocación de San Julian. Otros sin embargo por los restos encontrados dentro de la iglesia la situan en época prerománico o visigótico. Ya en el XV, la orden franciscana amplió el recinto y éste adquirió su mayor esplendor. Gracias a la invasión napoleónica, los monjes se vieron obligados a abandonar el convento, al que volvieron en el año 1812 y hasta 1835, cuando, a causa de la Ley de Desamortización, fue expropiado y vendido por el Estado. Antes de que esto sucediera, fue eremitorio, escuela de gramática, casa de retiro y noviciado y por él pasaron grandes hombres de letras y santidad de la Orden Franciscana.
Calendario De Ocupaciones
Es un edificio de tres naves, crucero y cabecera de cinco ábsides semicirculares y escalonados en fábrica de mampostería caliza bastante regular. Sin embargo, hay que decir que este edificio presenta escasas relaciones con lo enormes edificios cistercienses que se diseminan por la Castilla de los siglos XII y XIII. Para comenzar su tamaño es mínimo con relación a los prácticamente catedralicios monasterios del Císter.
Allí nos comentaron que más arriba estaba una antiguo convento-monasterio románico del siglo XI e incluso previo y preservado a la perfección. Subimos desde el albergue hacia el convento caminando, con unas vistas sensacionales y según nos aproximamos nos pareció ver una aparición. Una aparición espléndida, con unos alrededores muy bellos. Podíamos ver las montañas en el fondo, los colores increíbles del cielo, los olores de las plantas de aquel monte. Se trata del Convento de San Antonio en el ayuntamiento de La Cabrera. De la época de su construcción hay distintas teorías.
Raramente, el fundador de esta orden, Fernando Rielo, se inventó el término «identes» basándose en las palabras del propio Jesús, cuando exhorta a sus discípulos «id por todo el planeta y predicad el evangelio». Ahora en el 2004 los misioneros identes se hacen con la propiedad. La cuidan y, además del culto religioso, la destinan a actividades culturales y sociales. Nos ascendemos al vehículo y nos comeremos a La Cabrera. Coges la A-1, la de Burgos, y te plantas en media hora en este conocido pueblo de la Sierra madrileña.
Críticas Sobre Convento De San Antonio
Posteriormente, lo adquieren los descendientes del gran pintor Francisco de Goya y, ahora en el siglo XX, un médico se enamora de la propiedad y la embellece con fuentes, estanques y jardines. El Convento-Monasterio de San Antonio se encuentra en la localidad madrileña de La Cabrera . La tradición señala que fue construido en el siglo XI por orden del rey Alfonso VI dentro de la campaña militar de la Corona de Castilla para recobrar Toledo que se encontraba a cargo de los árabes. En 1404, se transforma en el convento de San Antonio de Padua. Alcanzó enorme relevancia durante los siglos estando relacionado a personajes de relevancia como los Mendoza, el duque del infantado o el Marqués de Santillana y el Cardenal Cisneros. La crónica de esta construcción, entre las más valiosas de patrimonio medieval madrileño, está llena de conjeturas pues no existen datos documentales sobre su fundación.
En el interior resalta la complejidad organizativa espacial, dentro de sus reducidas dimensiones. Dos pilares en cruz sirven de base al crucero, y apartan las naves, dos pres de columnas. Las naves están cubiertas por cúpulas de medio cañón y reposan sobre arcos de medio punto. De la temporada franciscana es la torre, de sección cuadrada y 2 cuerpos, el primero de ellos del Siglo XV. El cuerpo de campanas semeja moderno y tiene 4 vanos de medio punto, uno a cada lado. También de este periodo (Siglo XV-XVIII) es el muro de cerramiento del grupo con sus puertas en las que destacan los escudos de la orden franciscana y de los duques del Infantado, señores de la villa.
Su modesta factoría de mampuesto nada debe ver con la perfecta sillería cisterciense y nada hay en la Cabrera de arcos apuntados o bóvedas de crucería que fueron introducidos por los monjes blancos. Se puede comparar esta iglesia con los restos de Valdeiglesias Collado Precioso y Sacramenia o Monsalud y Buenafuente del Sistal por refererir sólo los monasterios del Císter geográficamente mucho más cercanos y sacar sus propias conclusiones. Desde el criterio artístico, la iglesia del primitivo monasterio es de estilo románico.
Entre los siglos XV y XVIII se cearon en el una Escuela de estudios Teológicos, gramática y una casa de recoleción. Desde múltiples puntos de pueblo se señala el Convento, tomando la calle Subida al Convento, se llega a él. El sendero, sin pérdida, está acompañado de un vía crucis. En el siglo XV los franciscanos lo toman en sus afanosas y eficaces manos. Lo encumbran, lo llevan a su máximo esplendor. Estilísticamente, la sencillez de la arquitectura del Convento de La Cabrera no arroja demasiada luz.
Desde el año 2004, una vez restaurado el edificio por la Comunidad de La capital española, residen en él los misioneros identes, una fraternidad de origen italiano, quienes promueven aparte de su actividad religiosa, actos culturales y sociales. Aunque no se conoce la fecha exacta de su fundación, la tradición desea que se date a lo largo de los años del siglo XI, después de que Alfonso VI conquistase esta zona en el momento en que conducía sus huestes a la conquista de Toledo . Mantente informado de las actividades que se realizan en el Convento. Déjanos tu e-mail y recibirás toda la información de sus ocupaciones.
Convento De San Antonio La Cabrera
Un amable religioso nos enseñó el convento. Al terminar la visita puedes dejar, si lo deseas, un donativo. También hay una Asociación de amigos del convento que organiza distintas ocupaciones. Siglos después, la invasión napoleónica. En 1835 la desamortización de Mendizábal los vuelve a desahuciar, dejando la propiedad en poder del Estado.
Mapa De Situación De Convento De San Antonio
En 1404, la orden franciscana tomó las bridas del monasterio, época en la que queda bajo la advocación de San Antonio Abad. Tradicionalmente, se ha considerado que el Monasterio fue promovido por el rey Alfonso VI en el siglo XI y ocupado por la “Orden de la regla de San Benito”. En 1404, los Franciscanos han tomado las bridas del monasterio – bajo la advocación de San Antonio Abad- hasta el momento en que, tras la Invasión Napoleónica, los franceses lo transformaron en un cuartel militar. Con la Desamortización de Mendizábal en 1835, fue comprado por los descendientes del pintor Francisco de Goya. Posteriormente perteneció al médico Jiménez Díaz y tras su muerte en los años sesenta, volvió a manos franciscanas.
Un ejemplar verdaderamente atrayente pues a pesar de sus pequeñas dimensiones tiene una composición arquitectónica compleja y radicalmente alejada de los fáciles templos concejiles de solo una nave. La obra es de aspecto simple, pero está vertebrado de forma complicada, en función del alto número de capillas absidales para un espacio tan diminuto. La decoración de los espacios interiores y exteriores brilla por su ausencia. Durante las reformas de los siglos XV y XVI, se hicieron varios cerramientos, decorados con escudos alusivos a la orden franciscana y al Ducado del Infantado, en cuyas tierras se halló el convento durante algún tiempo.