Tú eras la mejor chef que existía, por el simple hecho de que siempre le ponías amor a eso que hacías. En el momento en que falleciste se apagó un tanto el pueblo, pero todos te llevamos en nuestro corazón. Hoy lo que más echo de menos es proceder a casa de la abuela y ver que no estás ni estarás, pero me consuela comprender que allí donde estés, estás en un lugar mejor. Siempre has sido una persona fundamental en mi vida que me contribuye a saber que llevar a cabo o que camino seleccionar y siempre lo serás. Son tantas cosas las que me he perdido de ti que me faltaría papel para poder escribirlas todas al igual que si escribo todo cuanto te quiero. Lo único que enserio espero es que sepan que los amo.
Abuelo, quiero decirte que no nos hemos olvidado de ti. Que recuerdo en el momento en que iba a visitarte para poder ver el Athletic contra el La capital de españa y me dabas caramelos de miel, o en el momento en que fuimos al Bernabéu a conocer el partido, que, si bien no me agradó bastante ir a ver el estadio de tu equipo, me gustó por el hecho de que te hizo feliz. Pero lo mejor de todo eran las cenas en familia o aquella anécdota de las salchichas que lanzaste de punta a punta de la mesa.
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Me he guardado un boli tuyo que me diste, sé que no vale nada pues es de propaganda y está roto, pero para mí tiene un gran valor sentimental. Esta pertence a las muchas cartas que te sigo escribiendo prácticamente a diario, pues algo en mí me anima a hacerlo. Es la manera que encontré de estar mucho más cerca de mí. Te cuento mis temores, te hablo de mis sueños, te pregunto consejo, y aunque sé que mientras que lo hago me estás tomando la mano, no logro habituarme a que no vaya a haber una contestación. En ocasiones incluso he cerrado los ojos creyendo que sucedería, que escucharía tu voz susurrándome lo que precisaba que viniera sólo de ti, pero al abrirlos me he dado de bruces con la verdad. Nos han comunicado que ya estabas bien y que te iban a dar el alta.
Yo no me daba cuenta de lo que estaba pasando, hasta el momento en que llegó mi tía llorando a casa, es decir, tu madre. Yo me hallaba en mi habitación jugando, pero empecé a escuchar sus lamentos, conque me atemoricé y fui corriendo a ver qué pasaba. Mi madre y ella no me deseaban preocupar, así que me afirmaron que se había asustado mucho, pues te habías puesto enfermo. En ese instante lo vi algo habitual, en tanto que pensé que era un fácil constipado.
Poesía Hecho Canciones Alfoncio Figueroa Sumoso
Sé que la eternidad hubiera sido deficiente para nosotros, hubiésemos amado considerablemente más, pero como leí en un precioso libro, «tú nos diste un infinito en estos días contados». El tiempo, lejos de lo que creí hace ahora siete años, no se llevó ni un ápice de tu esencia, tu recuerdo sigue tan vivo como en el momento en que estabas aquí, porque tengo la certeza de que el amor te sostendrá siempre con nosotros. Te necesito en mi vida, a absolutamente nadie mucho más, solo a ti, necesito estar contigo, necesito abrazarte. Siento tu presencia cuando veo fotografías tuyas, pero no sería lo mismo si estuviésemos ámbas juntas en la foto.
En ningún momento tienen la posibilidad de ser útil para facilitar diagnósticos o sustituir la labor de un profesional. Le recomendamos que contacte con su experto de confianza. Y el que a los hombres fuertes y sanos les trae mucho más fuerza y más salud. Y a las mujeres sanas y fecundas las siembro de vástagos diligentes y fuertes. Arriba, en el cielo recóndito, relucían algunas estrellas sigilosas y funerarias.
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Quizás es la bandera de mi amor, tejida con la substancia verde de la promesa. Conocí entonces la paz y la sabiduría que están más allá de las discusiones de la tierra. Voy a ir a los repechos donde empiezan los bosques y me desnudaré para gozar enloquecido su contacto. De padres hijos de esta tierra y de estos vientos asimismo. Al llegar al estribillo es lo más inquietante.«Amiga, hay que ver de qué forma es el cariño que vuela a quien lo toma, gavilán o paloma» y añade que es un«pobre tonto, ingenuo charlatán, que fui paloma por estimar ser gavilán». En todo caso aquí él va de machito (gavilán) y acaba un tanto asustado .
Ella tiene una peluquería debajo de mi casa y cuando necesito algo voy y me asistencia. Ahora nuestra prima se fué a vivir a Galicia con su novio y a llevar a cabo las prácticas de lo que estudiaba. Quiero ser como tú, deseo tener esa sonrisa de oreja a oreja aunque se me ponga lo más grande delante, como lo haces tú. Y quiero llegar a ser una fantástica persona como tú lo eres.
Javier está hecho un bicho, se ha vuelto muy revoltoso si bien siempre sabe cómo hacerte reír con sus tonterías. Mi padre está un tanto sensible y se acuerda bastante de ti, pero yo sé que tú andas siempre con él para apoyarle y animarle cuando mucho más lo necesita. La tía Mari, y todos y cada uno de los del pueblo se acuerdan bastante de ti. Echo de menos tu presencia, tu voz, tu arroz , el ir a tu casa, hablar contigo, contarte lo que me ha pasado y muchas cosas mucho más. Poco después dejé de verte, por alguna razón no podías o no deseabas venir.
Ingleses duros y aguerridos como no he visto jamás ni pienso ver nunca. Vienen a buscar mi cuerpo de hombre goteante y ahogado. Toda la noche la sostengo entre mis piernas y mis labios.
Me agrada oír el escándalo de mi voz, forjando expresiones que se pierden en los remolinos del viento. No es que sea la letra más desarrollada de todo el mundo , tampoco la más metafórica, pero vamos que está bien esto de avisar a la población sobre los peligros del sexo a lo orate y sin protección. «Queremos darle una bienvenida a todas y cada una de las mujeres que hacen vino […] Lo paró con una mano, lo paró que yo la vi». «Quisiese ser un pez para tocar mi nariz en tu pecera y llevar a cabo burbujas de amor, por donde desee / Pasar la noche entera mojado en ti». «Un clavel a la orilla de mi boca cuidé yo como una loca / Poniendo mi vida en él / Y el clavel al verte, cariño mío, se puso tan encendío que está quemando mi piel».